CIRUGÍA DE LA NARIZ: RINOPLASTIA Y SEPTOPLASTIA
El objetivo de esta intervención quirúrgica consiste en resolver problemas estéticos y funcionales de la nariz. Podemos conseguir una armonización del rostro y solucionar posibles desvíos del tabique nasal, que dificultan la respiración a través de la nariz (septoplastia).
La rinoplastia puede solucionar problemas de tamaño, anchura, volumen, posición de las ventanas o perfil de la nariz, permitiendo cambiar la forma de la punta nasal, mejorar el aspecto de las fosas nasales o corregir asimetrías. Desde un punto de vista funcional, también puede corregir algunos problemas respiratorios, provocados por una desviación del tabique. Todas las personas que quieren someterse a esta intervención quirúrgica lo hacen tanto por motivos estéticos como para resolver problemas funcionales.
Esta técnica quirúrgica se suele realizar bajo anestesia general y la duración puede variar, según la complejidad de la intervención, entre una y dos horas. Si se trata de una rinoplastia de relleno dura unos quince minutos y se realiza con anestesia local.
La cirugía de la nariz se lleva a cabo a través de un procedimiento cerrado (las incisiones se ocultan dentro de la nariz) o abierto (mediante una incisión a través de la columela). A continuación, el cirujano levanta los tejidos blandos que cubren la nariz para tener acceso a la estructura, pudiendo reducirla o aumentarla con cartílago injertado de otras áreas del cuerpo del paciente, como la oreja o el tabique. Si el tabique está desviado, el cirujano procede a enderezarlo y corregir así el problema respiratorio. Una vez que la estructura subyacente de la nariz está esculpida, se cierran las incisiones.
Después de este tipo de intervención hay que tener mucha paciencia para llegar al resultado final. Suele ocurrir que, debido al vendaje o a la inflamación nasal, el paciente pueda tener problemas para respirar por la nariz. En el caso de tener molestias se pueden tomar medicamentos para el dolor, antiinflamatorios y descongestionantes. El paciente debe evitar cualquier trauma en la zona durante las primeras semanas después de la cirugía. El yeso o férula se suele retirar al cabo de una semana, disminuyendo poco a poco la inflamación.